Pablo Jove
Copywriter
¿Seguirá la AJ? ¿Hasta cuándo?
¿Qué cambia para regulación y publicidad?
¿Qué consecuencias para la publicidad y la comunicación comercial?
Para actores del sector creativo, de marketing y publicidad (como agencias, anunciantes, organizadores de sorteos o promociones) estas medidas generan un escenario de incertidumbre jurídica y de mercado con consecuencias inmediatas y a mediano plazo:
Muchas campañas publicitarias (promociones, sorteos, descuentos, concursos, dinámicas de juego o azar) dependen hoy de regulaciones que exigen autorización de la AJ, cumplimiento de requisitos técnicos, fiscalización, pagos de impuestos especiales, y plazos específicos para sorteos y entrega de premios, además de cambios en las creatividades.
Si la AJ fuera disuelta o reformada profundamente, y si los impuestos se eliminan definitivamente, podría abrirse una ventana de oportunidad para que emprendimientos, marcas y agencias realicen promociones y actividades de publicidad y marketing con menores costos, menos burocracia e incentivos para invertir.

Pero al mismo tiempo persiste la incertidumbre regulatoria: hasta que no haya una ley aprobada, la AJ mantiene su operatividad, sus controles y sanciones, lo que significa que muchas campañas corren riesgo de ser invalidadas o sancionadas si no cumplen los requisitos vigentes.
Esto afecta especialmente a empresas pequeñas o medianas, emprendedores y agencias creativas que planean promociones de fin de año, sorteos, campañas con premios, etc.
Cada uno de ellos está a la espera de una definición normativa clara.
Lo que convendría para el sector creativo
Como rubro publicitario, hay 4 puntos que podrían ser importantes a considerar:
- Mantener un monitoreo constante de la situación legal: verificar cuándo y cómo se presenta el proyecto de ley ante la Asamblea Legislativa, y sus alcances concretos.
- Preparar estrategias de publicidad/promo flexibles: diseñar campañas con varios escenarios (uno conservador si la AJ sigue operando, y otro alternativo si se concretan los cambios) para no quedar “atrapados” por regulaciones inesperadas.
- Promover transparencia y buenas prácticas: aprovechar una posible liberalización para favorecer campañas responsables, evitando abusos, engaños o prácticas poco éticas. Esto podría consolidar la reputación del rubro creativo y empresarial boliviano.
- Generar propuestas de autorregulación: antes de que la legislación se redefina, quizás sería útil que agencias y marcas autoimpongan normas éticas de promoción, difusión de premios, claridad de bases, etc.
Mientras esperamos, de igual manera, tratemos de pensar como si la AJ, aunque sea en un pequeño espacio del cerebro, ya no existiera. Estamos tan acostumbrados que quizás tardaremos en acostumbrarnos a la desregulación.

