Ignacio Rojas Paz Soldán
National Brand Manager Singani Casa Real
Desde el marketing hasta la emoción, Ignacio Rojas nos revela cómo se logra conectar tradición, innovación y orgullo nacional.
1. Casa Real es una marca emblema de Bolivia. ¿Cómo se vive internamente la responsabilidad de representar al país con cada acción de marketing?
En Casa Real llevamos en el alma el privilegio, y la responsabilidad, de representar al espíritu de Bolivia a través de algo verdaderamente único en el mundo: el singani.
No es solo un destilado; es el mejor destilado del mundo. Cada vez que una botella de Casa Real cruza fronteras, sentimos que viaja con ella una parte de nuestra identidad, nuestra historia y nuestra gente.
Por eso, cada acción de marketing la vivimos como un acto de orgullo y respeto hacia lo que somos. Cuidamos cada detalle para que cuente una historia auténtica de Bolivia.
Nuestro propósito es inspirar a los bolivianos a valorar lo que tenemos y a creer, sin complejos, que lo nuestro también puede estar entre lo mejor del mundo.
2. Han tenido lanzamientos muy potentes los últimos años. ¿Cuál crees que fue la clave para conectar con nuevas generaciones sin perder la esencia de la marca?
La clave ha sido entender que el singani no necesita cambiar para ser relevante, lo que necesita es que contemos su historia con nuevos códigos.
El mundo busca autenticidad, y pocas bebidas tienen un origen tan puro y tan ligado a su tierra y su gente como el singani.
En Casa Real elegimos honrar esa herencia, pero hablándole a una nueva generación con el lenguaje de hoy: diseño, experiencias, creatividad y orgullo.
Cada lanzamiento, cada empaque conmemorativo y cada campaña nacen desde el insight y desde una comprensión profunda del consumidor actual.
3. Cuéntanos sobre el podcast "Un Casacho con Simón": ¿cómo nació esta idea tan disruptiva y qué buscaban transmitir con ella?
La idea de «Un Casacho con Simón» nace como parte de la campaña del Bicentenario de Bolivia, «Más historias por destilar», una de las piezas más significativas que hemos hecho como marca.
Esa primera etapa comenzaba con una pregunta que nos interpelaba a todos: ¿Y si hubieras nacido en otro país? A medida que avanzaba, revelaba todo lo que perderíamos: nuestra tierra, nuestra cultura, nuestra forma de celebrar, nuestro sabor y, sobre todo, nuestra gente. Fue un recordatorio de que Bolivia no necesita compararse con nadie para sentirse grande.
De esa misma convicción surge «Un Casacho con Simón». Junto a nuestra agencia Rock & Roll quisimos dar un paso más allá y hacer que el propio Libertador volviera, gracias a la inteligencia artificial, para conversar con los bolivianos que hoy siguen transformando el país.
Ambos proyectos comparten el mismo espíritu: inspirar orgullo, romper el complejo de inferioridad y demostrar que el talento y la innovación también pueden ser profundamente bolivianos.
En el fondo, «Un Casacho con Simón» no es solo un podcast, es una continuación de ese mensaje, un brindis entre generaciones, una conversación entre lo que fuimos y lo que estamos destinados a ser.


